lunes, 25 de febrero de 2013

CUANDO TE PIDO QUE ME ESCUCHES



                                                 E S C U C H A

          Cuando te pido que me escuches y tu empiezas a darme consejos,
 no has hecho lo que te he pedido.

           Cuando te pido que me escuches y tu empiezas a decirme por qué 
no tendría que sentirme así,  no respetas mis sentimientos.

            Cuando te pido que me escuches y tú sientes el deber de hacer algo
 para resolver mi problema, no respondes a mis necesidades.

                                ¡ESCUCHAMÉ!

Todo lo que te pido es que me escuches, no que hables o que hagas.
Solo que me escuches.
Aconsejar es fácil. Pero yo no soy un incapaz.
Quizás este desanimado o en dificultad, pero no soy un inútil.
Cuando tu haces por mi lo que yo mismo podría hacer y no necesito, no haces más que contribuir a mi inseguridad.
Pero cuando aceptas, simplemente, que lo que siento me pertenece, aunque sea irracional, entonces no tengo que intentar hacértelo entender, sino empezar a descubrir lo que hay dentro de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario