sábado, 25 de julio de 2009

Avanzar sin miedo

“Más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer” este refran lo hemos oído muchas veces, desde pequeños, siempre que teniamos por delante algun cambio, o que teniamos que tomar alguna decisión, aparecía en nuestra mente, de forma insconsciente. Esto nos hacia acomodarnos de alguna manera, inmobilizandonos y calmando nuestros miedos.
En nuestro mundo, la seguridad ha llegado a ser un valor supremo, por encima de la libertad y del conocimiento.
El miedo es protagonista, lo rige todo:
Miedo a un ataque terrorista, miedo al contagio, miedo a la enfermedad, al emigrante, miedo al cambio de trabajo, de costumbres, de vecinos, de acabar una relación que nos hace daño, a la soledad, a crecer., etc.
Tal vez aquello que se tiene seguro no es precisamente lo que se quiere o lo que a uno le conviene, pero por si acaso: “virgencita virgencita, que me quede como estoy”
Ante nosotros y nuestros sueños se interponen obstáculos, a veces el principal obstaculo es uno mismo, ese miedo que la mayoria de las veces nos inmoviliza. puede ser que lo veamos como una gran distancia entre lo que quiero y lo que creo ser capaz de hacer, pero las grandes distancias se cubren con pequeños pasos. Y a veces un solo gesto, una palabra, introduce matices: querer y quererse mejor, frente a, querer y quererse más. Aceptarse para transformarse. Darse permiso para ir detrás de los propios sueños.
¿Y si fracaso en el intento? En el fondo existe un miedo profundo a equivocarse.
“Esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de sus resultados” (Valclav Havel, escritor)

A mi me gusta mucho un poema de Pablo Neruda:

MUERE LENTAMENTE
· Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
· Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
· Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
· Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
· Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
· Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
·Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
·Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
· Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
· Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad