viernes, 11 de diciembre de 2009

Las etiquetas

En esta vida nos colocan etiquetas por todo, dicen: tu tienes un trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDHA), o tienes un síndrome de ..., o simplemente tienes una típica depresión.., etc. A mi me dicen tu tienes la "menopausia", y con eso no te dicen nada, y lo dicen todo. Y yo digo que una porra (y perdón por la palabra), es una palabrita que te cuelgan como una losa por el echo de ser mujer y por tener una determinada edad, y claro, nos identificamos con lo que nos dicen. Para mi esto es una faena, por no decir una palabra mayor, pues yo busco en Internet esa palabra que te estigmatiza, y claro lo que encuentras a veces te pone los pelos de punta, porque yo no me siento así. Vereis me siento en la mejor época de mi vida, tengo tantas ganas de hacer cosas y aprender, me siento mas libre que nunca, y disfruto cada día mas de mi cuerpo. Crié a mis hijos, tengo tres, mientras hacía mi carrera de psicología, planté muchos árboles, no escribí un libro aunque si miles de poesía, y ahora a mis 56 años me siento como una adolescente dispuesta a comerme el mundo. Posiblemente tenga mas arrugas que antes, pero cada una de ellas me hacen sentir mas viva, no se cuanto tiempo me quedará de vida pero lo que si sé, es que lo que me quede, lo quiero vivir a tope y a mi manera. Siento que mi vida comienza cada día, siento tantas ganas de hacer cosas, de transmitir lo que siento, que para mi la vida no se esta acabando, sino que es como si estuviera empezando. Vereis a mi me gustaría que dejáramos de poner etiquetas que recortan nuestras alas y nos paralizan. Y eso nos hace mucho daño. Yo desde aquí quisiera lanzar un grito: ¡No a las etiquetas!, me revelo, no lo acepto, lo rechazo. Elijo disfrutarme en cada momento, solo eso.

domingo, 2 de agosto de 2009

EL AGUACATE DE MI HERMANA

Un día mi hermana Maite, la pequeña de mis diez hermanos, vino toda ilusionada con un aguacate como regalo para mi hijo Ignacio, ¡había conseguido que le brotaran sus primeras hojas! ¡Era una de las cosas mas bonitas que yo había visto! Buscamos una gran maceta y lo plantamos, tenía unas hojas grandes y armoniosas, y aunque era para Ignacio, yo pensé este va a ser mi árbol preferido. Han pasado algunos años, y ahora es un arbolito precioso, con unas grandes hojas; yo no se si dará alguna vez frutos, pero el verlo tan bonito es para mi un motivo de alegría, pues siempre me recordará la ilusión de mi hermana, sus ganas de vivir y la fuerza de su carácter. Y cuando salgo a la terraza, donde se ve el mar de mi Málaga, lo miro, sonrío y pienso: no son las cosas en si las que las hace especiales sino el cariño que ponemos al hacerlas lo que queda en el corazón y lo que nos hace sentir tan bien.

sábado, 25 de julio de 2009

Avanzar sin miedo

“Más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer” este refran lo hemos oído muchas veces, desde pequeños, siempre que teniamos por delante algun cambio, o que teniamos que tomar alguna decisión, aparecía en nuestra mente, de forma insconsciente. Esto nos hacia acomodarnos de alguna manera, inmobilizandonos y calmando nuestros miedos.
En nuestro mundo, la seguridad ha llegado a ser un valor supremo, por encima de la libertad y del conocimiento.
El miedo es protagonista, lo rige todo:
Miedo a un ataque terrorista, miedo al contagio, miedo a la enfermedad, al emigrante, miedo al cambio de trabajo, de costumbres, de vecinos, de acabar una relación que nos hace daño, a la soledad, a crecer., etc.
Tal vez aquello que se tiene seguro no es precisamente lo que se quiere o lo que a uno le conviene, pero por si acaso: “virgencita virgencita, que me quede como estoy”
Ante nosotros y nuestros sueños se interponen obstáculos, a veces el principal obstaculo es uno mismo, ese miedo que la mayoria de las veces nos inmoviliza. puede ser que lo veamos como una gran distancia entre lo que quiero y lo que creo ser capaz de hacer, pero las grandes distancias se cubren con pequeños pasos. Y a veces un solo gesto, una palabra, introduce matices: querer y quererse mejor, frente a, querer y quererse más. Aceptarse para transformarse. Darse permiso para ir detrás de los propios sueños.
¿Y si fracaso en el intento? En el fondo existe un miedo profundo a equivocarse.
“Esperanza no es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de sus resultados” (Valclav Havel, escritor)

A mi me gusta mucho un poema de Pablo Neruda:

MUERE LENTAMENTE
· Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
· Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
· Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
· Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
· Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
· Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
·Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
·Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
· Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
· Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad