domingo, 2 de agosto de 2009

EL AGUACATE DE MI HERMANA

Un día mi hermana Maite, la pequeña de mis diez hermanos, vino toda ilusionada con un aguacate como regalo para mi hijo Ignacio, ¡había conseguido que le brotaran sus primeras hojas! ¡Era una de las cosas mas bonitas que yo había visto! Buscamos una gran maceta y lo plantamos, tenía unas hojas grandes y armoniosas, y aunque era para Ignacio, yo pensé este va a ser mi árbol preferido. Han pasado algunos años, y ahora es un arbolito precioso, con unas grandes hojas; yo no se si dará alguna vez frutos, pero el verlo tan bonito es para mi un motivo de alegría, pues siempre me recordará la ilusión de mi hermana, sus ganas de vivir y la fuerza de su carácter. Y cuando salgo a la terraza, donde se ve el mar de mi Málaga, lo miro, sonrío y pienso: no son las cosas en si las que las hace especiales sino el cariño que ponemos al hacerlas lo que queda en el corazón y lo que nos hace sentir tan bien.