sábado, 25 de diciembre de 2010

SIEMPRE PODEMOS ELEGIR

LLegaron las navidades y mi hijo Javier me comunicó que no pasaría las navidades con nosotros y que se iría a Madrid a pasarlas con la familia de la novia.
En ese momento yo tenia dos opciones, ponerme como una energumena y pasarme las navidades lamentandome y sintiéndome desgraciada e infeliz , amargando la vida a todos los que estaban a mi alrededor.
O sentirme feliz porque le había dado la oportunidad a mi hijo para elegir y además para sentirse bien haciéndolo, feliz porque el estaba donde quería estar este año, sin culpa, sin manipulación.
Y elegí sentirme feliz.
Siempre podemos elegir entre quedarnos en el drama, en la pena, en la culpa. O disfrutar de lo que nos presenta la vida, de la manera mas especial que podamos, pues la verdad a lo mejor no tenemos otra oportunidad de hacerlo y aunque la tengamos, lo que tengo seguro es que este momento es único e irrepetible.

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